Los romanos nunca mostraron demasiado interés por la trigonometría griega, pero los intelectuales latinos del siglo XII devoraron la trigonometría árabe. Precisamente fue la traducción de Roberto de Chester del árabe de donde salió nuestra palabra seno.
Los hindúes habían utilizado el nombre de jiva para designar la semicuerda que aparece en trigonometría, y los árabes habían adotado ese nombre bajo la forma jiba. Ahora bien, en árabe existe también la palabra jaib que significa bahía y ensenada, y cuando Roberto de Chester se encontró con el término técnico jiba, al hacer su traducción, debió confundirlo, al parecer, con la palabra usual jaib (quizá debido a la omisión de las vocales en árabe), y lo tradujo por la palabra sinus, que es el nombre latino para bahía o ensenada.
Extracto de A History of Mathematics – Carl B. Boyer